El Estado pampeano se involucra en la actividad minero no solo como controlador sino apostando a la exploración y la producción.
Además de las tradicionales canteras y salinas, están en el radar el litio, el uranio y las tierras raras.
La actividad económica de la minería ya genera en La Pampa 907 puestos de trabajo, según la medición oficial que tiene el gobierno pampeano. Esa cantidad de personas son mano de obra del centenar de minas que hay en la provincia, y que se distribuyen fundamentalmente en salinas y canteras.
Esa producción está ahora en el centro de la escena de las acciones provinciales, puesto que la provincia pretende subirse al "boom" del litio y para eso se harán prontamente las exploraciones necesarias.
La minería genera actualmente regalías anuales por unos $15 millones para el Estado provincial. Los municipios también perciben regalías, en algunos casos en altos volúmenes: los más beneficiados en este momento son Colonia 25 de Mayo, La Adela y San Martín.
Mayor transparencia
Según la mirada del gobierno, hay una serie de indicadores y políticas públicas, incluso nuevas leyes, que reafirman que La Pampa está protagonizando una nueva era en la actividad minera.
El director del área, Cristian Buss, destacó en diálogo con El Diario los pasos que se han dado para conseguir también una "licencia social" para los proyectos más importantes. Esto implica una mirada de organismos oficiales, de agrupaciones especializadas y de la comunidad en general sobre el impacto concreto de la actividad.
El funcionario llama a esas metodologías una forma de "transparentar los costos del desarrollo". Involucran las audiencias públicas activas, la incorporación de la minería a cuestiones vinculadas con la Cultura y el Turismo, el despliegue de tareas pedagógicas y educativas e incluso poner en el radar la perspectiva de género, en un área tradicionalmente masculinizada.
La Pampa encabeza a la Región Patagónica en el Consejo Federal de Minería, donde -dijo Buss- frente a estos temas La Pampa es algo así como "punta de lanza". El director remarca que las empresas que intervienen en el mercado tienen que concientizarse porque el control y el cumplimiento de las normativas mejoran su propio desarrollo.
"La nueva óptica es que la producción minera debe convivir con la sostenibilidad del ambiente, y para eso el pueblo, la gente, tiene que conocer cómo se hace la minería", insistió Buss.
Cambios paulatinos y acelere
La mirada oficial es que los cambios fueron paulatinos en los últimos 8 años y se aceleraron últimamente. En varios sentidos: la provincia apostó más fuerte a los circuitos turísticos mineros, difundió su manual de buenas prácticas, sostuvo inspecciones sistemáticas, propicia el respeto de los ciclos hidrológicos y cuestiona cuando puede el mal manejo de combustibles.
Según la óptica gubernamental, además, la Cámara de Productores Mineros, fundamentalmente en manos de salineros y algo esquiva a tener visibilidad pública, modificó comportamientos a tono con las nuevas exigencias.
Toda esa movida también le implica al Estado salir a la búsqueda de profesionales que la actividad necesita y que no aparecen de la nada. En el área de Geología hay interés por dedicarse a la actividad minera, pero la mayoría de las veces se genera un éxodo hacia geografías más prometedoras, como Cuyo y el Sur.
Ese fenómeno tiene su razón de ser: históricamente La Pampa fue a la cola de los proyectos de otras provincias, bajo la idea de que no se podía hacer más. El Estado reducía su rol, fundamentalmente, a controlar.
Ahora el gobierno tiene en su horizonte la necesidad de la exploración y el crecimiento.
La presencia de litio se detectó en 19 puntos pampeanos, y ahora es necesaria una exploración exhaustiva que determine si efectivamente se puede extraer para producir. Pampetrol está a la búsqueda de socios para encarar esa hipotética fuente de recursos.
Ya se hicieron cuatro estudios ambientales en los sitios donde la presencia es más clara. La confianza está depositada sobre todo en la zona de Puelches, en los sectores de la laguna La Amarga y la salina San Máximo.
Además de la posibilidad del litio, hay otra apuesta a la búsqueda de uranio y "tierras raras", una esperanza que anida sobre todo en la zona oesteña de Chos Malal, y puntualmente en Cerros Bayos, Rogaciano y Piedras Coloradas, que la provincia después de que estuviera en manos privadas más proclives a la especulación que a la inversión productiva.
Fuente: Eldiariodelapampa.com.ar
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