ARBIP Inclinómetros apuesta a la formación técnica y abre sus puertas a pasantes

ARBIP Inclinómetros recibió a estudiantes de la Escuela Técnica Nº 3 en el marco de un programa de prácticas profesionalizantes. La iniciativa busca tender puentes entre la formación académica y el entorno productivo, promoviendo el desarrollo de competencias técnicas y humanas desde una experiencia real de trabajo.

La experiencia permite a los estudiantes aplicar conocimientos adquiridos en el aula y conocer de primera mano cómo funciona una empresa que diseña y fabrica tecnología nacional.

Según explicó Paula Noro, Gerente Comercial de la empresa, el principal objetivo de la iniciativa es que los jóvenes puedan “hacer el puente entre lo que ven en la escuela y lo que sucede en una empresa real”. En ese sentido, destacó la importancia de que comprendan que detrás de cada equipo instalado “hay diseño, pruebas, procedimientos y trabajo en equipo”.

Desde ARBIP esperan que los estudiantes se lleven no solo conocimientos técnicos, sino también mayor seguridad al trabajar con herramientas reales, una comprensión más clara de cómo se organiza una empresa de tecnología nacional y la motivación para seguir capacitándose más allá del ámbito escolar.

La alianza con la Escuela Técnica Nº 3 surgió a partir de un vínculo previo con otra marca del grupo, dedicada a la comercialización de componentes electrónicos. A partir de ese contacto, se abrió la posibilidad de que los alumnos conocieran también el trabajo que se realiza en ARBIP, particularmente en el desarrollo de tecnología aplicada al transporte.

“Fortalecer este tipo de vínculos es clave porque acerca la formación técnica a la realidad industrial”, señaló Noro. Mientras la escuela aporta jóvenes con una sólida base teórica y ganas de aprender, la empresa ofrece procesos reales, equipos en funcionamiento y una cultura de trabajo concreta.

Durante los primeros días, los pasantes reciben una introducción integral sobre qué es ARBIP, para qué sirven los inclinómetros y cómo funciona cada sistema. Luego, avanzan hacia tareas simples pero reales dentro del proceso productivo: identificación de componentes, preparación de cables, colaboración en el armado de cuadros neumáticos y realización de pruebas básicas.

Todas las actividades se desarrollan bajo la supervisión directa del equipo técnico. “No hay ningún trabajo sin acompañamiento. La idea es que aprendan haciendo, pero en un entorno cuidado, respetando normas de seguridad y estándares de calidad”, remarcó la gerente comercial.

Además de reforzar conocimientos en electrónica aplicada, cableado, lectura básica de planos y uso seguro de herramientas, desde la empresa ponen especial énfasis en el desarrollo de habilidades humanas. Responsabilidad, orden, trabajo en equipo y comunicación son algunos de los aspectos que se buscan fortalecer durante la experiencia.

“El contacto con técnicos, ingenieros y responsables de área forma parte del aprendizaje profesional. Queremos que pierdan el miedo a preguntar y a interactuar dentro de una organización”, destacó la Gerente.

El contacto directo con equipamiento en funcionamiento, como los inclinómetros G35V2, marca una diferencia clave en la formación de los estudiantes. “No es lo mismo ver un circuito en una hoja que tener el equipo armado, conectado y respondiendo a una maniobra real. Ahí entienden que cada detalle importa”, explicó.

Desde la empresa consideran que estas experiencias no solo aportan a la formación de los estudiantes, sino que también enriquecen a la organización con nuevas miradas y preguntas. Además, permiten fortalecer el vínculo con futuros técnicos de la región.

De cara al futuro, ARBIP proyecta ampliar el programa e incorporar pasantes de otras escuelas técnicas y también de facultades cercanas, manteniendo vínculos con instituciones como la UTN y la UADER. La idea es recibir tanto estudiantes secundarios como alumnos avanzados de carreras afines, siempre con una propuesta formativa concreta y alineada al mundo laboral.

La voz de los pasantes

Juan Pablo Martínez destacó que la experiencia le permitió ver por primera vez cómo se trabaja dentro de una empresa y aplicar conocimientos que hasta ahora solo conocía en teoría.

Alejandro Benítez valoró la posibilidad de recorrer todo el proceso productivo y recibir explicaciones claras en cada sector.

Por su parte, Valentino Gómez subrayó el acompañamiento del equipo y la oportunidad de participar activamente: “Nos abrieron las puertas para probar, aprender y ganar experiencia. Eso para nosotros vale un montón”.

Al abrir sus puertas a jóvenes estudiantes, la empresa no solo contribuye a la formación de futuros técnicos, sino que reafirma su compromiso con el talento local y con una industria nacional que apuesta al conocimiento, la innovación y el trabajo en equipo.

Fuente: Fuerza Minera y ARBIP Inclinómetros