En un contexto económico desafiante para el país, la minería siguió creciendo en el último año y aumentó más del 10% la cantidad de puestos de trabajo en la Argentina.
Se convirtió ya en un lugar común que la Argentina no crece desde hace diez años. Eso implica que prácticamente no se genera nuevo empleo: las empresas no necesitan más trabajadores que los que tenían hace una década y por eso sólo reemplazan a los que se van, y a veces ni siquiera eso. Un cuadro que se vuelve dramático si se tiene en cuenta el crecimiento poblacional: ahora son más los que necesitan trabajar y los puestos de trabajo son los mismos. Si la tendencia no cambia, podrían pasar tres cosas, una peor que la otra: crecerá el desempleo; aumentará el empleo estatal, para absorber a los que no encuentran trabajo en el sector privado; o se acentuará el impulso migratorio de los jóvenes que buscan oportunidades fuera del país.
En ese contexto sombrío, sin embargo, aparecen oportunidades. Son conocidas las excelentes condiciones que tienen los programadores u otros profesionales relacionados con las nuevas tecnologías: cada vez son más buscados y sus salarios son excelentes. De lo que no se habla tanto es de otros sectores en crecimiento, como la minería. En un contexto de retracción de buena parte de la economía, el empleo en el sector minero crece de forma sostenida hace 18 meses, según datos de la Secretaría de Minería de la Nación. En junio 2022 se contabilizaron 1.052 empresas mineras empleando a 36.673 personas en la actividad, lo que implica un incremento interanual del 10,3 % en puestos laborales.
Minería: los rubros que más trabajo generaron en junio del 2022 fueron:
Producción metalífera - 11.496 empleados.
Servicios mineros - 8210 empleados.
Rocas de aplicación - 6005 empleados.
Minerales no metalíferos - 3222 empleados.
Producción combustibles - 2303 empleados.
Asimismo, el empleo de mujeres mineras ya representa un 10,2% del total de los trabajadores, con 3.748 puestos. Entre enero y junio 2022, la minería generó 468 nuevos puestos para mujeres argentinas, mostrando un aumento del 27,9% en términos interanuales.
El impulso de la minería tiene su explicación: el crecimiento poblacional aumenta la demanda de minerales con múltiples usos y a eso se suma la aceleración de la migración hacia las fuentes de energía renovables, que potencia el uso de minerales como el litio, el cobre o el aluminio. A modo de ejemplo, un auto eléctrico lleva de 3 a 5 veces más cobre que un auto a nafta. La Unión Europea ya estableció que no podrán venderse autos que funcionen con combustión de petróleo a partir de 2035, por lo que se sabe que la demanda de cobre continuará en aumento en las próximas décadas. Eso da perspectivas a las empresas mineras de que los precios se mantendrán hacia arriba y las motiva a invertir. Si se cumplen las proyecciones de los expertos, el futuro será más verde y, por eso mismo, cada vez más minero.
Según el último reporte de datos de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), el sector –que incluye empleo directo y proveedores– empleaba unas 70.000 personas en 2010, representando el 1,2% del total del empleo registrado del país. Con un crecimiento sostenido a lo largo de la década, pero particularmente en el último año, se estima que 2022 cerrará con más de 99.000 personas empleadas por el sector, lo que representa el 1,6% del empleo registrado nacional. La mayor parte de los trabajadores están empleados por empresas dedicadas a la producción de metales, seguidos por los servicios mineros, las rocas de aplicación y los minerales no metalíferos, siempre según datos de la Secretaría de Minería.
Un caso entre varios es el del Proyecto Integrado MARA en Catamarca, que se encuentra en fase de exploración. Este proyecto, que planea integrar el yacimiento Agua Rica, de cobre, molibdeno, oro y plata con la infraestructura de Minera Alumbrera, que produjo cobre durante 20 años, ya finalizó su operación y se encuentra en etapa de cuidado y mantenimiento, en los últimos dos meses generó 150 nuevos empleos formales y de calidad todos de su zona de influencia, y ya suman 814 personas trabajando directa e indirectamente en el proyecto. Trabajan en iniciativas para capacitar a la gente, y eso redunda en que muchos luego se convierten en empleados de la empresa, y otros tantos desarrollan capacidades que los habilitan para ser proveedores suyos o de otros emprendimientos. MARA, como otros proyectos de su envergadura que están en las etapas iniciales, están aún muy por debajo de su capacidad empleadora máxima que llegará a su pico una vez que la empresa finalice sus estudios técnicos y la provincia de Catamarca evalúe y apruebe su informe de impacto ambiental
Fuente: Ámbito
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